11/10/08
Fuente: Diario Chilecito
Luego de cinco vendimias alquilando lo que fue la bodega de los Giuliani, en Tupungato (Mendoza), la Cooperativa La Riojana (con sede en Chilecito, La Rioja) echó raíces mendocinos al adquirir la sociedad Alfran S.A. (que preside a partir de ahora el tupungatino Roberto Fábrega) y el establecimiento vinícola, ubicado sobre calle La Gloria del distrito El Peral. El acontecimiento fue celebrado con la primera reunión (en 68 años de vida de la Cooperativa) que realiza el Consejo de Administración fuera de su provincia de origen, en el marco de un encuentro del que participaron otros más de treinta productores riojanos asociados, que viajaron a Mendoza. Mario Juan González, presidente de La Riojana, habló del proyecto y dejó definiciones en Los Andes que seguramente aportarán al debate de la Vitivinicultura argentina …
… “Las plantaciones de vid deberían registrarse”
Lo aseguró Mario González, presidente de la cooperativa La Riojana. “Esto tendría que establecerse por ley. No puede ser que después, cuando una de las variables falla, metemos todo a vino”, asegura.
-¿Cómo encaja Tupungato en el plan comercial de la firma?
-En primer lugar, es uno de los valles vitivinícolas más importantes del país. Y nuestro interés está dado por la posibilidad de seguir complementando nuestra oferta de vinos de zona cálida, con los vinos de una zona más fría; tanto para comerciar en el país como en el mercado externo.
-¿Cuál fue la inversión para la compra de Alfran S.A?
- Estamos hablando de $1,5 millones; aunque a eso hay que sumar lo que hemos venido invirtiendo durante los últimos cuatro o cinco años, sobre todo en piletas y en tecnología, en general. Queremos seguir creciendo en Tupungato y también queremos sumarnos al crecimiento de la zona. No venimos a imponer nada. Venimos a aprender también.
- ¿Crecer en la zona implica desarrollar otros proyectos?
-La posibilidad de un proyecto relacionado con el turismo es uno de los temas charlados, veremos en qué momento lo podemos poner en marcha. Nos parece muy interesante, la propuesta de “Los Caminos del Vino”; creemos que este lugar se presta; la idea es disponer de un lugar donde podamos atender bien al turista, ya sea con un restaurante, un lugar de ventas, para mostrar lo que estamos haciendo. Nos vana a tener que enseñar los tupungatinos también.
-¿Están llegando fuera del país con los vinos de Tupungato?
- Nuestras exportaciones de vinos riojanos se complementan con los de esta zona; la idea es que podamos exportar directamente desde acá. Hoy estamos en treinta países y tratando de crecer. Especialmente en este momento complicado de nuestro país -en el plano vitivinícola- donde cuesta revitalizar al mercado interno. Por suerte estamos en el exterior; pero no vamos a dejar de estar nunca en Argentina, no hay país que se desarrolle sin mercado interno.
Tendrán que cambiar algunas cosas, pero la idea es crecer en los dos lugares.
- ¿Qué habría que hacer para recuperar parte del mercado interno que se ha ido perdiendo, o al menos para no seguir cayendo?
-Creo que ya se está trabajando, no hay que esperar resultados rápidos, pero creo que se están viendo algunos. Una idea brillante la tuvo todo el sector productivo junto con la COVIAR, en poner en marcha el plan estratégico que ya va dando sus resultados. En los últimos meses volvieron a acumularse algunos excedentes (de vino) y eso no es bueno, hay que tratar de evitarlo. Todos debemos empezar a potenciar lo nuestro, a darle valor a nuestros productos.
Mucha gente piensa que hay que moverse con precios muy bajos y creo que ahí nos estamos confundiendo; hay que darle a nuestros vinos el valor que tienen, para que el productor esté tranquilo y para que la industria pueda progresar. También hay que trabajar en campañas conjuntas de promoción del vino (como producto) y después cada uno hará lo suyo con su marca. Hay potencial si nos ordenamos y dejamos el individualismo.
Confío en que la industria va a seguir mejorando; espero que las variables del país no se nos vuelvan en contra.
-Al margen de lo que haga el sector privado, ¿hay algo que deberían hacer los gobiernos nacional y provinciales a favor del equilibrio del negocio?
-Las dos cosas. Primero, no creer que “todo está solucionado” y hacerse a un lado. Este es un momento en el que no deben dejarnos solos; pero no como un Estado dirigista sino como un Estado que apoye. El gobierno tiene que ofrecer políticas de crecimiento. Lo que se busca son medidas económicas de largo plazo, que no sean confrontativas.
Por ahí el productor puede confundirse, cuando el gobierno sale a comprar y no asegura que los distintos eslabones de la cadena tengan rentabilidad. Con esto se puede matar a la industria.
-¿Este es el caso de Mendoza con la compra de uvas?
- Ha ocurrido en La Rioja también. ¿Qué pasaría si nos complementáramos, para que no pierda el productor y no pierda ninguno en la cadena? ¿Cuál es el mínimo que debe percibir un productor cuando el negocio no anda bien? Es decir, ¿con cuánto lo complemento?
Porque si yo, productor viñatero, quiero tener el mejor de los precios pero después, en algún eslabón los números no cierran, se termina afectando toda la cadena, porque sin industria no hay producción y viceversa.
- Algunos legisladores de Mendoza están impulsando el debate sobre si el mosto debe seguir siendo una variable de ajuste del precio del vino. Si es realmente un “commodity vino” o un “commodity azúcar” ¿Ustedes qué piensan sobre esto?
- Debemos diferenciar qué hace cada uno; como productor. Si planto uva para vino, me tengo que dedicar a hacer esa variedad; si planto uva para mosto, tiene que ser para mosto, y si es para uva en fresco, tiene que ser para uva en fresco. No puede ser que después cuando una de las variables falla, metemos todo a vino, porque así se termina el negocio.
Lo bueno que estemos haciendo en este momento en cuanto a vino, se puede perder rápidamente si mañana cambia de precio del mosto y todos mandamos la uva a vino. Volveríamos a tener excedente.
Si San Juan tiene el 50% de su producción destinada a mosto y Mendoza tiene el 30%, imagínese el volumen que volcaríamos nuevamente. Toda la actividad dejaría de ser rentable.
Debe haber una legislación donde quede claro que todas las plantaciones que se hagan tienen que ser con un fin determinado. Hay mucho vino en el país, en el mundo. Cuanto más incrementemos la producción sin control, va a ser más difícil.
-Al margen de legislar sobre el destino de las plantaciones, ¿hay otros puntos de interés prioritario para el sector, sobre los cuales debería hacerse foco?
- Estamos muy lejos del puerto y veo que se está legislando nada más que para la soja, el girasol y el maíz y no se está pensando en economías como las nuestras. Quedó trunca la iniciativa de reconocer algo por el diferencial de fletes que pagamos quienes estamos más lejos de los puertos. Hay que pensar más en actividades que agregan valor.
No sólo en la soja y en otros commodities, que están muy lejos de la actividad vitivinícola, por su capacidad de incorporar valor.
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